martes, 17 de julio de 2012

El Carro del Diablo

Puerto del Reventón
Ruta senderista por el valle de Lozoya:  Subir el antiguo puerto del Reventón, que comunicaba Rascafría con la vertiente segoviana de La Granja de San Ildefonso.  Hace mucho tiempo que está en desuso al construirse carreteras más cómodas. Por sus empinadas cuestas solo subían las caballerías y con gran trabajo, de ahí procede su nombre:  Por que algún animal cargado reventaba por el esfuerzo.

Robledales
Valle del Lozoya - El Paular
Se sube por un camino bastante duro, entre los espesos robledales de Los Horcajuelos.  A lo largo del mismo podremos disfrutar de magníficas vistas sobre el valle del Lozoya y en particular del monasterio de El Paular, enmarcados por las alturas del macizo de Peñalara y la Cuerda Larga, hasta llegar a una zona de bloques de granito que es como un museo de escultura natural, al aire libre y a 1700 metros de altitud.
Merece la pena hacer un alto en la subida y demorarse un rato entre las caprichosas formas que toma la piedra.  Justo al final de esta zona rocosa, está una de las formas mas conocidas y características de la Sierra del Guadarrama, quizá por el misterio que añade la conocida leyenda que rodea al Carro del Diablo:



El carro del Diablo
La leyenda transcurre durante el final de la construcción en el siglo XV de la Catedral de Segovia, tarea que se encomendó a Juan Guas, renombrado arquitecto y escultor toledano de origen flamenco. Éste se comprometió a terminar la obra en un tiempo determinado.
  Pero el tiempo pasaba y llegaba la fecha límite, más las torres de la catedral no alcanzaban la altura deseada.
Tanto renegaba el maestro de obras de su suerte que se le apareció el mismo Satán engatusándolo con lograr la finalización del edificio a cambio de la posesión de su alma. Aceptado el trato, la obra progresó a ritmo endiablado (nunca mejor dicho) hasta que, próxima ya la finalización de la misma mucho antes de verse cumplido el plazo, el constructor, ahora seguro de sí y de su éxito, rompió el pacto diabólico. En venganza, el diablo convirtió en piedra el último de los carros que portaban pìedra hacia la obra dejándolo así definitivamente anclado en la ladera del Reventón, mientras que la Catedral terminó con una de sus torres algo menor que la otra.

Cualquiera que conozca la Catedral de Segovia (La Dama de las catedrales, por su elegancia) alegará que solo tiene una torre, esbelta y altísima.  Cierto, porque resulta que Juan Guas trabajó en la antigua catedral desaparecida hace siglos.

Esta antigua catedral estaba situada junto al Alcazar y fue escenario de grandes batallas en la Guerra de las Comunidades, incluso dentro de las naves, siendo practicamente destruida en 1520. La torre sirvió para que los Comuneros atacasen a las fuerzas realistas sitiadas en el Alcázar. Porque parece ser que solo existía una torre en aquella vieja catedral (tampoco hay que hacer demasiado caso a las leyendas)

De la antigua catedral solo se conserva el claustro, obra de Juan Guas, que fue desmontado piedra a piedra y trasladado a la actual Catedral de Segovia. Por supuesto, es espectacular y comparable al de San Juan de los Reyes en Toledo, obra del mismo autor.

 A mi particularmente, la peña en cuestión me parece una gigantesca tortuga con una gran piedra encima.  La ruta termina en el Monasterio del Paular, que merece capítulo aparte.








1 comentario:

  1. Fueron rutas de muchas historias y leyendas, tierras hermosas hechas artes y cultura.

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