sábado, 20 de octubre de 2012

Leyendas del Valle del Jerte (I)

He tenido la ocasión este verano y otoño de recorrer caminando varias rutas por el hermoso Valle del Jerte, en Cáceres, que es sin duda uno de los sitios más especiales de España, famoso por sus cerezas pero que ofrece mucho más.

Su clima templado, su gran belleza natural y una infinidad de senderos entre sus gargantas y sus suaves montañas, lo hacen el sitio ideal para los amantes del senderismo y la naturaleza. Sobre todo en verano por sus laderas frescas y frondosas con abundantes fuentes y numerosos sitios para un baño refrescante.

Y como casi todos los valles, es una tierra llena de leyendas de todo tipo:  Religiosas, románticas, de criaturas monstruosas, de batallas legendarias...


Una leyenda tan hermosa como falsa dice que hace siglos un poderoso Zar ruso se retiró del mundanal ruido en estas tierras y mandó plantar miles de cerezos para que su amada esposa disfrutase del añorado espectáculo de las montañas cubiertas de nieve de su tierra... aunque el maravilloso fenómeno de la floración de los cerezos solo ocurra unos días al año.

Comienza el Valle del Jerte en las alturas del Puerto de Tornavacas, que debe su nombre a una leyenda más o menos histórica, referente a la batalla de la Vega del Escobar en el siglo X. Una batalla tan cruenta que dicen que la sangre derramada impregnó la tierra y por eso en aquel paraje solo crecen escobas y piornos....

Cerca del actual pueblo de Tornavacas (antes Villaflor de las Cadenas), las huestes del rey leonés Ramiro II, que querían conquistar el Valle del Jerte, entablaron una dura contienda con los moros, quienes pusieron en grave apuros a los combatientes cristianos. Del mal trance vinieron a sacarles los vaqueros de las sierras cercanas, que recurrieron a la estratagema, utilizada ya por los cartagineses, de colocar teas encendidas en los cuernos de las vacas, muy abundantes por la zona, y soltarlas por la noche en dirección al ejército musulmán.
Tornavacas y el Valle del Jerte, desde el Puerto

Al contemplar tan grande cantidad de luces, los sarracenos pensaron que descendía un gran ejército en ayuda de los cristianos, huyendo despavoridos en dirección a la salida del valle, lo que hoy es Plasencia.

Las vacas, con las teas encendidas se dispersaron en la noche. Pero al amanecer, guiados por el instinto, los animales volvían a sus lugares de pastoreo, y de ahí que la tradición dice que el mismo rey Ramiro II al verlas llegar pronunciara la frase “Ya tornan las vacas”.


Ya tornan las vacas
Vedlas por los bancales
Tras la noche fuego
Regresan los animales

Ya tornan las vacas 
Con las teas humeantes
De asustar a los moros 
De llevárselos por delante

Y en el Valle del Jerte tambien existen cuentos e historias sobre seres legendarios, que serán objeto del próximo artículo...  No se lo pierdan:
http://mtogetafe.blogspot.com.es/2012/10/leyendas-del-jerte-ii-un-valle-magico.html

1 comentario:

  1. esta no la sabia, muy bonita,..
    sirenas extremeñas, en tierra de secano.
    dragones
    brujas
    verracos
    unicornios
    mantarujas,.. la Extremadura más secreta,.. a mi me encanta,.. espero que nos las muestres pronto,.. un saludo,..

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